Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, sorprendió con un mensaje desde Nueva York que dejó entrever lo que podría ser una de las decisiones más trascendentes en la historia de la Copa del Mundo. “Vinimos a trabajar y tuvimos una reunión sumamente importante. Quédense cerca porque pronto vamos a anunciar noticias que impactarán al mundo”, adelantó el dirigente.
El máximo sueño de la Conmebol, un Mundial con 64 selecciones en 2030, parece estar cada vez más cerca. La cumbre realizada en Estados Unidos reunió a Domínguez, Gianni Infantino (presidente de FIFA) y a los mandatarios Javier Milei, Santiago Peña y Yamandú Orsi, lo que marca la seriedad del proyecto. Infantino, en paralelo, ya había recorrido Marruecos y buscado apoyos en África y Asia, mientras que Europa aparece como el último gran bloque a convencer, teniendo en cuenta que España y Portugal también serán sedes junto a Marruecos.
La reunión en Nueva York fue clave, y en los próximos días el Consejo de la FIFA (integrado por 37 miembros, entre ellos Claudio “Chiqui” Tapia) podría oficializar la ampliación del formato, sin esperar al Congreso del año próximo en Vancouver. De hecho, Tapia ya se mostró en redes junto al secretario general de FIFA, Mattias Grafström, en una clara señal de respaldo.
Conmebol, que ya había asegurado el partido inaugural en Montevideo y un encuentro en Argentina y Paraguay por el centenario del primer Mundial, fue más allá: pidió oficialmente que el torneo se expanda a 64 equipos, con un aval unánime de su Comité Ejecutivo.
Cómo sería el nuevo formato
De concretarse, la Copa del Mundo 2030 tendría 16 grupos en lugar de 12, con dos clasificados por zona. Así, la fase de eliminación directa comenzaría con 32 selecciones, tal como ocurrirá en el Mundial 2026.
Para la Argentina, la novedad es enorme: uno de los grupos se jugaría en el país, con el estadio Monumental como sede confirmada. En Uruguay también se disputaría una zona, mientras que Paraguay, que proyecta un estadio nuevo, sería anfitrión de otro grupo.
Las 13 zonas restantes se desarrollarían en España, Portugal y Marruecos, completando un Mundial histórico que marcaría un antes y un después en el fútbol.

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